Siguiendo con el tema de los helados más
saludables, no nos podemos quejar de no haber
recibido señales o advertencias claras, en el
sentido de que hay que ponernos a trabajar en
que el producto empiece a ser considerado de
mejor manera.
En la nota anterior analizamos las campañas que,
se llevan a cabo en distintos países con la
intención de reducir el consumo del helado en
escuelas y colegios, a veces hasta poniéndolo en
la “lista negra”, por considerar que no
constituye un alimento saludable.
En estos días, se dio a conocer la campaña de
concienciación de la obesidad infantil del
Ministerio de Salud de Francia. Y, tal como se
puede ver en el anuncio difundido en medios
impresos y digitales, con el lema “La obesidad
empieza temprano” se ha utilizado un cono de
helado como parte seria del problema. Es de
presumir que, después de esta campaña, el
consumidor no mirará un cono de helado con los
mismos ojos que antes.
No criticamos la realización de este tipo de
campañas, nos parece apropiado que se hagan para
alertar sobre un problema innegable como es la
obesidad infantil. De hecho hacen falta mas
campañas y mas claras, para concienciar al
consumidor y que este entienda mas y mejor sobre
lo que está ingiriendo.
Sin embargo, como parte interesada, podríamos
quejarnos diciendo “… pero un caramelo, alfajor
u otra golosina aportan mas calorías y menos
nutrientes”. Se puede pensar que es bastante
injusto encarar la campaña exclusivamente con un
producto, en este caso el helado.
Puede ser, pero insistimos, pensemos que por
algo el helado llego a ser considerado un
problema por varias instituciones de salud. Y
como mencionamos antes, debemos reconocer que el
no haber tenido en cuenta las tendencias y
necesidades actuales, puede haber llevado a que
nuestro producto no reúna ciertos requisitos
alimentarios claves.
Partamos de una base, no hemos cometido ningún
pecado, seguiremos haciendo helados y postres
helados “contundentes”, porque muchas personas
así lo desean y porque no hay nada de malo en
ello.
En todo caso, la palabra final la tendrá siempre
el consumidor.
Por ejemplo: Hace unos años un heladero amigo
abrió una sucursal frente un gimnasio muy
concurrido y grande (5 pisos). Viendo ese
potencial de personas que cuidaban su línea y
salud, desarrollamos una línea de helados: con
yogur, bajos en grasas y de sabores simples
mucho más bajos en calorías. No funcionó, de
hecho vimos que la gente que salía del gimnasio
pedía los sabores mas pesados (tiramisú,
chocolate con caramelo y dulce, etc.), pero los
sabores más “sanos” no se vendían.
Hicimos entonces, lo que hay que hacer:
Consultar al consumidor por qué. Bastantes nos
dijeron que, preferían “darse el gusto” de comer
algo rico, contundente, total podía quemar la
calorías extras, quedándose un tiempo mas en el
gimnasio. De modo que, concluimos que no basta
con hacer un producto saludable, debemos buscar
la forma de que este resulte tan atractivo, a la
vista y el paladar como los helados con alto
valor calórico.
Está claro que, no podremos llegar al nivel de
ofrecer una porción de helado cuyo aporte
alimenticio sea equivalente una fruta fresca.
Lo que sugerimos es abrir una nueva línea,
comenzar a consultar a nuestros proveedores que
insumos podemos utilizar para mantener el cuerpo
y textura de nuestro helado, reemplazando parte
de la materia grasa. Muchos de esos agentes de
textura son de origen vegetal o pueden contener
hidrocoloides, maltosa, inulina, almidones
modificados, etc.
Con estos productos, se obtiene un producto
final con la textura, el cuerpo y la sensación
agradable que da la crema de leche, sin el
aporte de tanta materia grasa, ofreciendo por
tanto un producto menos calórico.
Tenemos herramientas para darle un valor
adicional a nuestro producto, para hacer helados
con características mas positivas para el
consumidor.
También es cierto que podríamos ofrecer nuevos
productos, adicionales a la línea estándar con
características que los hagan más interesantes
al consumidor y ampliar la oferta: Los helados
“específicos”
En las próximas notas hablaremos sobre estos
helados: funcionales, deslactosados, tipo apto
diabético, apto celíaco, con elementos
orgánicos, sin colesterol, hechos exclusivamente
con componentes vegetales y otras variantes.