En la nota anterior vimos que para vender
nuestro producto es importante "estar visibles"
en el vecindario. De alguna manera llamar la
atención, decir "aquí estoy", que el peatón nos
vea y sepa que ofrecemos.
En ocasiones, uno de los problemas es la
ubicación del local comercial, el punto de
ventas puede estar ubicado en:
- la vía pública
- dentro de una plaza comercial o galería
- en un centro comercial.
En la vía pública:
Si está en la vía pública, lo ideal es que esté
en una esquina, preferiblemente a mano del
tránsito para que impacte a la vista.
Con buena cartelería el negocio estará muy
visible y eso es una garantía de que los
potenciales clientes sepan donde estamos. Nos da
presencia y, por ende, mas ventas.
Ahora, conseguir ese punto de ventas no es tan
sencillo, si están disponibles son, en general
caros.
De todos modos, el local debe estar en una calle
de alto tránsito. Y debe tener cartelería
apropiada y correctamente iluminada, para
destacarnos.
Pero, si cumplo con esos parámetros y no
funciona ¿qué puedo hacer para que me conozcan?
A veces, pueden surgir problemas que no podemos
evitar, por ejemplo: En ciudades con cascos
históricos, donde por reglamentación no está
permitido poner carteles laterales o que
sobresalgan sobre la vía pública, tendremos que
esforzarnos por hacernos conocer de otra forma,
para no violar la ley.
Plazas comerciales y galerías:
En estas ubicaciones el éxito dependerá en gran
manera del éxito de la galería. Si la misma no
es atractiva al transeúnte, éste no ingresará y,
si para peor, nuestro local está en el fondo, no
nos verá nunca.
Centros comerciales:
Aquí nuevamente dependemos del éxito del centro
comercial en si mismo para que a nosotros nos
vaya bien.
Si duda alguna, dentro del mismo el mejor lugar
es el "patio de comidas". Si es un centro
comercial que tiene sectores abiertos,
deberíamos elegir uno que esté muy cerca del
ingreso.
Algunos han terminado en un local ubicado en los
pisos más altos (fuera del patio de comidas),
eso hace difícil que haya consumo, ya que esos
pisos son de menos tránsito, o para cuando el
paseante llega a ellos, ya ha pasado por otros
puntos de venta.
En estos dos últimos casos, dependemos mucho del
reglamento de copropietarios del lugar, que
permite y que no con respecto a publicidad,
cartelería o demostradores, y de lo que podamos
negociar con los administradores para lograr
darnos a conocer.
En la próxima nota analizaremos sugerencias para
estos casos en particular.
Local en la vía pública: Que hacer...
Si la rotación del público no es alta, estamos
en un aprieto. Aquí se aplica lo que dice el
dicho popular: "Si la montaña no va a Mahoma,
Mahoma irá a la montaña..."
Tendremos que ir a buscar al cliente. Debemos
hacer una inversión en publicidad direccionada.
Hay que buscar medios simples y económicos.
1) Imprimir volantes y distribuirlos.
2) Buscar algún medio de comunicación accesible
y de bajo costo, para difundir nuestra
publicidad.
Volantes: Son una manera bastante efectiva de
darnos a conocer.
De hecho se sugiere hacer campañas continuas de
promoción con volantes o folletería simple.
La distribución de estos volantes se debe llevar
a cabo por secciones, en general en forma de
círculos, donde nuestro local de ventas será el
centro y poco a poco ir alejándose del mismo,
para llegar a personas de más lejos. Para dar
una mejor atención primero deben buscarse los
clientes mas cercanos y a medida que los vayamos
consiguiendo, extender la búsqueda a los que
están mas lejos.
Una sugerencia: Preste atención a que esa
publicidad no sea arrojada en la vía pública,
que sean entregadas efectivamente en las casas,
de forma discreta y que no moleste.
En el volante, haga imprimir a simple vista el
nombre del negocio, que ofrece, el teléfono y la
dirección. Parece obvio, sin embargo hemos visto
papelería muy bonita a 4 colores, en papel
ilustración de alta calidad, en la que no
figuraba el teléfono o costaba encontrar la
dirección.
Un error común es querer poner "todo y de todo"
en un papel de 15 x 10 cm., el volante se ve
recargado y no queda claro que se quiere
ofrecer.
Para que esta publicidad sea efectiva, el
volante debe ser simple, sencillo, "despejado",
que sea claro que se ofrece.
En un volante no necesitamos incluir una
publicidad institucional (por ejemplo la
historia de la heladería, conceptos, objetivos,
etc.), lo que queremos es vender algo en
particular, cada volante debe tener una
propuesta y oferta clara y específica.
Para evaluar resultados, es importante incluir
una consigna como "presentando este volante
obtendrá..."
De esa manera, según la cantidad de volantes que
se presenten en mostrador, veremos que promoción
u oferta llama más la atención.
Fije fecha de inicio y de fin a esa promoción, y
aclare que no se acumulará con otras. Así tendrá
una visión clara de que le interesa a sus
vecinos.
A veces hay volantes muy bonitos, pero no son
claros o no "dicen" nada al eventual cliente,
esto se debe a que las imprentas suelen ofrecer
el diseño sin cargo y no siempre el diseñador
sabe de publicidad, sino solo de gráfica, por lo
tanto: acepte las sugerencias o bocetos, pero la
palabra final la debe tener la usted, que sabe
que quiere vender.
La ventaja de la publicidad impresa, es que el
papel aporta un efecto a largo plazo, el volante
queda en casa y, por más que haya pasado la
fecha de la oferta, aún estaremos "presentes".
Eso es publicidad "residual".
Otro tipo de publicidad, de tipo institucional
sería apropiada en algún medio de comunicación,
como una revisa barrial, que generalmente cobra
relativamente poco por el espacio publicitario,
o en alguna radio de alcance corto y que sea
escuchada en la zona, por ejemplo las emisoras
de radio FM.
Aquí no hay efecto residual solo masividad, por
lo que el aviso debe ser bien pensado y plantear
una propuesta o promoción efectiva, debe brindar
un resultado inmediato.